El mundo gamer, con su increíble variedad de juegos y experiencias, engancha tanto a grandes como a chicos. Pero cuando hablamos de los más pequeños, es importante saber cómo acompañarlos para que disfruten de este universo de forma positiva y productiva.
Para encontrar ese balance perfecto, es clave que los padres entiendan el gusto de sus hijos por los videojuegos, mantengan una comunicación abierta y establezcan límites saludables. Así, se pueden potenciar los beneficios que los videojuegos ofrecen: desde mejorar el pensamiento crítico y la coordinación, hasta fomentar el trabajo en equipo y la creatividad.
El libro «Cómo criar a un gamer sano«, del Dr. Alok Kanojia, un psicólogo experto en videojuegos, es una guía ideal para padres. Su misión es ayudarlos a conectar con sus hijos gamers mientras se establecen reglas claras y se cultiva una relación sana en torno a los videojuegos. Aquí te contamos los cinco puntos más importantes que aborda este libro.
1. Comprender la atracción hacia los videojuegos
Los videojuegos no son solo entretenimiento; para muchos niños y adolescentes representan un espacio donde encuentran reconocimiento, desafío y conexión social. Los juegos en línea, por ejemplo, permiten construir relaciones con otros jugadores y trabajar en equipo, lo que fomenta un sentido de pertenencia.
El Dr. Kanojia enfatiza que los padres deben ver los videojuegos como algo más que una pérdida de tiempo, comprendiendo su valor psicológico para sus hijos. Esto no significa justificarlos sin límites, sino validar su interés como primer paso para una conversación positiva.
2. Establecer límites sin conflictos
La resistencia de los niños a los límites suele ser una de las principales fuentes de conflicto en torno a los videojuegos. En el libro, el Dr. Kanojia propone un método progresivo y colaborativo para establecer reglas. En lugar de imponer restricciones abruptas, recomienda:
- Negociar y pactar horarios específicos para jugar.
- Introducir pausas graduales, permitiendo que los niños ajusten su rutina.
- Establecer consecuencias claras y consistentes, pero siempre desde el respeto y la empatía. El enfoque no es prohibir, sino ayudar a los niños a gestionar su tiempo de manera autónoma y responsable.
3. Fomentar actividades alternativas
Los videojuegos pueden ser absorbentes, y si se convierten en la única fuente de diversión, pueden desplazar otras actividades importantes. El Dr. Kanojia sugiere motivar a los niños a explorar hobbies como deportes, música, arte o incluso proyectos tecnológicos. Estas actividades no solo equilibran el tiempo, sino que también:
- Ayudan a desarrollar habilidades sociales y físicas.
- Ofrecen un sentimiento de logro similar al que buscan en los videojuegos, pero en un entorno diferente. El papel de los padres aquí es exponerlos a opciones variadas hasta que encuentren algo que realmente disfruten.
4. Identificar problemas subyacentes
El uso excesivo de videojuegos puede ser una señal de problemas emocionales o psicológicos no resueltos. Por ejemplo:
- Ansiedad o depresión: Los videojuegos pueden ofrecer una vía de escape del estrés o la tristeza.
- TDAH: La rápida recompensa de los videojuegos atrae a niños con dificultades para concentrarse en otras tareas. El Dr. Kanojia sugiere que los padres estén atentos a signos como aislamiento social, cambios de humor o bajo rendimiento escolar. En estos casos, los videojuegos son solo un síntoma y no la raíz del problema. La intervención profesional puede ser necesaria para abordar estas cuestiones subyacentes.
5. Predicar con el ejemplo
Los niños aprenden más observando que escuchando. Si los padres pasan largas horas frente a sus dispositivos, tienen hábitos poco saludables con la tecnología o no respetan los tiempos familiares libres de pantallas, es difícil que sus hijos adopten un uso equilibrado de los videojuegos. El Dr. Kanojia propone:
- Establecer “zonas libres de pantallas” en casa, como el comedor.
- Limitar el tiempo de uso de dispositivos para todos los miembros de la familia.
- Participar en actividades offline juntos, como caminatas, juegos de mesa o lectura. Al modelar un uso responsable de la tecnología, los padres pueden influir positivamente en cómo sus hijos manejan el tiempo frente a la pantalla.
Estos principios permiten a los padres no solo manejar la relación de sus hijos con los videojuegos, sino también fortalecer el vínculo familiar y apoyar su desarrollo integral.
Bonus: Comprueba la clasificación de los videojuegos y utiliza controles parentales
Además de los excelentes consejos del Dr. Kanojia, podemos incluir algunos controles como:
Comprobar la clasificación del videojuego
Este es un consejo obvio pero es válido mencionarlo, ya que no todos los juegos son para todas las edades, algunos tienen contenidos que pueden ser fuertes para los más pequeños como por ejemplo lenguaje malsonante, violencia, contenidos aterradores, drogas, sexo o discriminación.
Para tener un mejor control existe el PEGI (Pan European Game Information) que proporciona un estándar de etiquetado por edades y descriptores de contenidos que alertan a los padres sobre lo que verán sus hijos en los videojuegos que les compren.
Cabe destacar que existe una app que se puede descargar desde: Google Play y Apple Store, la cual permite buscar en la base de datos de PEGI las clasificaciones actualizadas de videojuegos y las valoraciones.
Emplea el control parental
Casi todos los dispositivos actuales como consolas de videojuegos, dispositivos móviles y sistemas operativos para PC y Mac traen alguna forma de control parental que podemos emplear para asegurarnos de que los más pequeños estén alejados de contenidos que podrían resultar dañinos para su crecimiento.
Solo recuerda usarlo con prudencia y respeto para evitar fricciones innecesarias con tus hijos, y así emplear este y los otros consejos para mejorar la relación entre ambos.
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